sábado, 4 de junio de 2011

Hace mucho tiempo.


Algunas décadas atrás la televisión entró a nuestras casas trayendo modernidad y entretenimiento a nuestras casas.

Nos hizo reír, llorar y gritar de emoción cuando el hombre pisó por primera vez la luna.

Llegaron películas de todo tipo. Novelas. Programas nocturnos.

Hombre, mujer y niño se sentaron frente a él.

Les dijeron cómo actuar, cómo vestir, qué carro conducir, que máquina de afeitar usar.

Le dijeron al hombre cómo debía conquistar a una mujer.

A la mujer como serle fiel a su hombre.

Al niño a ser patriota con su país.

A trabajar y comprar todo aquello necesario o indispensable en un hogar moderno.

Y así se volvieron zombies del sistema.

Recibiendo órdenes todo el tiempo inconscientemente.

Fueron sumidos en el miedo, el odio, la traición.

El mundo se transformó totalmente.

De eso hace ya mucho tiempo y vaya que los medios han evolucionado.

Ahora el internet promete globalizar aún más a las masas para elevar a tontos al rango de dioses y las empresas sigan ganando millones diciéndote lo mismo con lo que creciste en televisión.

Veo esta gente en la PC y me pregunto si esto es la modernidad.

Seguimos sumidos hasta la mierda con la tecnología, la tele de paga, el internet.

Nos siguen controlando como marionetas.

Y tú mirando tu perfil en esa red social de moda.

Hay gente muriendo alrededor del globo por hambre, guerra, intereses políticos o solo porque sí.

Y a ti te brillan los ojos en aquella tienda mientras abrazas tu smart tablet la cual compraste con el dinero que te pagaron por la venta de tu riñón derecho.

El narco secuestra autobuses para matar y violar inocentes por placer.

Y tú juegas en tu consola por internet con tus amigos de Estambul.

Somos como el puerco, podemos cagarnos, revolcarnos y orinarnos en el agua y aún así nos la tomamos sin hacer gesto alguno.

A nadie le importa un carajo todo lo que le pasa al prójimo.

Solo importa que la camisa que usas, el pantalón, los zapatos de piel de cocodrilo, el bolso, el móvil, el auto sean de marca reconocida.

Que el software de tu computadora esté actualizado, que seas popular.

Que tengas dinero y buena posición económica al costo que sea.

Muchos de los valores que nuestros abuelos inculcaron a nuestros padres y ellos a nosotros se han perdido.

Avanzando como cáncer pudre nuestros corazones para brindar poder a pocos y miseria a muchos.

El mono jamás dejó de ser mono.

Los dioses jamás dejaron de ser dioses.

Aún nos miran riendo.

La miseria sigue donde está y la avaricia ya ha vendido nuestras almas al diablo.

Escrito por: Víctor.

1 comentario:

reptilio dijo...

chingon post!

de 10